Texto: http://encontreelolimpobajomicama.blogspot.com.es/2010/02/un-dia-como-hoy-en-un-aula-de-26.html
Un día como hoy en un aula de 25 alumnos/as de 3 años:
Entran en "semi-fila" porque se despistan, se sueltan, algunos se vuelven hacia la puerta porque no quieren entrar... Les acaricias, intentas calmar y tiras de ellos hasta el aula. "¡Qué monos!, ¡qué majetes que son, pequeñas personitas aprendiendo a descubrir el mundo!"Quito la mayoría de los chaquetones porque ellos solos no son capaces. Para sus papás, que sólo tienen uno en casa, es más rápido quitárselo que enseñarle a que lo haga solo. Y encima del chaquetón llevan envuelta una gran bufanda, gorro y guantes que hay que guardar en los bolsillos de cada uno, con cuidado, no vaya a ser que se pierdan y la madre te lo recrimine durante toda la semana. Porque, aunque en la reunión de principio de curso se dice bien claro que todas las prendas de vestir deben ir con nombre... ¿pa' qué? Ya se encargará la profe de recordar de qué niño es cada cosa. Total, sólo son 25 niños x 2 guantes + 25 bufandas + 25 bolsitas del almuerzo + 25 gorros... Cuando empiezas a asociar: "Los de piolín son los de Marta", "Hello Kity de María", llega el cambio de tiempo y... vuelta a empezar.
Bolsitas con el desayuno por el suelo, unos sentados en su sitio, otros corriendo por el aula. Se pone orden levantando la voz y dando palmadas. Las 9.20. Por fin se han sentado todos, momento de calma. Hacemos asamblea, repito más de 20 veces que para hablar hay que levantar la mano, hay que respetar el turno, unos escuchan, otros están en su mundo y otros, después del gran tazón de cereales de desayuno que les han puesto en casa sienten la llamada de la selva.
En mitad de la asamblea 4 niños se levantan porque quieren hacer "caca". Según van acabando, hay que ayudarles a limpiar el culito, porque no saben (Otra cosa que sería muchísimo más fácil de aprender en casa pero.. sus atareadísimos papás no han tenido tiempo) y se llenan ropa, manos, baño y a otro compañero si se acerca demasiado.
Por fin has conseguido que escuchen ("¡qué monos, cómo van aprendiendo!"), cantamos canciones, cuentan sus aventuras, vemos un libro sorprendente que ha traído Pablo de casa con imágenes preciosas del Tema que estamos trabajando...
Empezamos el trabajo por rincones, se vive un momento de calma, juegan, experimentan, aprenden, comparten... Les miras y piensas: "están felices, para comérselos". Y al momento te arrepientes de no haberte comido a alguno: se levantan, le quitan el material a otro compañero, grito, agresión, llanto, niño a la silla de pensar... Así 3 uno detrás de otro, llanto, limpio mocos, limpio mocos... Para recoger el material yo pido, yo vuelvo a pedir, yo toco el silbato, yo toco el tambor y doy palmadas y termino gritando: "A GUARDAR, A GUARDAR CADA COSA EN SU LUGAR", a la vez que voy cogiendo cosas del suelo. Unos pocos me imitan, mientras otros miran extrañados, que deben pensar: "¿Recoger? Si eso en casa siempre lo hacen mis papás, ¿por qué lo voy a hacer en el cole?"
Hora del aseo. Por grupos se lavan las manos y van al baño. Reparto jabón, reparto servilletas, reparto papel higiénico... Algunos son súper autónomos, se nota que lo hacen a menudo, otros... uno empuja porque iba el primero, uno mete el dedito en el grifo, agua por todas partes, pis fuera...
Almuerzos: ábreme el zumo, se me ha derramado el zumo, un yogur abierto en el suelo, galletas oreo pisoteadas, yo no quiero pan, a mi ésto no me gusta, en casa nunca lo como, mamá ha dicho que a ver si en el cole aprendo a comerlo, pero a mi no me gusta, llanto, me quiero ir con mi mamá, seño pélame la pera que a mi mamá no le ha dado tiempo ("total, ya lo hará la profe que solo tiene 24 niños más en el aula"). Limpio mocos.
Anda, fulanito ha vomitado....¿qué hago? Dejo solos a los 25 niños mientras voy a por serrín y a cambiar la ropa y llamar a los papás del que está enfermo... ¡¡socorro!!
Recogemos y 15 minutos para volver a poner los chaquetones. Patio y madres y abuelos en la muralla vigilando que a sus hijos no les pase nada, porque los maestros ¿para qué estamos? Mocos, pipi, fulanito me ha pegado, menganito no te subas en el árbol, periquito no muerdas, las piedras no se chupan, la arena no se come, limpio mocos, limpio mocos, limpio mocos...
El pequeño Luis se acerca y te dice "Seño ¿te puedo decir una cosa?, Estás muy guapa" "¡Para comérselo!"
Vuelta a clase, colgamos chaquetones en las perchas, limpio caras con toallitas, manos con agua y jabón, y vuelta a la tarea: no se pinta en la hoja del compañero, los papeles a la papelera, limpio mocos, limpio mocos, limpio mocos...
Vuelta a clase, colgamos chaquetones en las perchas, limpio caras con toallitas, manos con agua y jabón, y vuelta a la tarea: no se pinta en la hoja del compañero, los papeles a la papelera, limpio mocos, limpio mocos, limpio mocos...
Hora de la salida. La familia agolpada en la puerta para que su hijo/a salga el primero, me piden explicaciones de por qué un niño se ha arrancado la postillita de la frente, otro dice que se ha raspado el dedo con el suelo, otro que no se ha tomado el zumo, otra madre preocupada porque el niño ha bebido poca agua, otra porque su niño ha salido de clase con mocos, una bufanda que no aparece, un guante perdido desde la semana pasada, una botella de agua que no es suya... ¿Y el nombre?, ¿tenía puesto el nombre?
Llego a casa, la boca seca porque no me acordé o, mejor dicho, porque no tuve tiempo de beber agua. Una vecina cotilla que me dice: "Anda, ¿eh? ¡Ya hasta mañana! ¡Qué poco trabajáis los maestros! Claro, porque la preparación de la clase y el material del día siguiente me lo ha buscado y elaborado ella o su marido.
Y cuando siempre oyes lo mismo en relación a nuestro trabajo, de lo bien que se vive, de las vacaciones, de la suerte que tenemos de poder estar criando a sus hijos cuando ellos andan despreocupados de sus retoños, piensas: "Siendo que las universidades aceptan matrículas de nuevos alumnos, ¿tan tontita es la gente para no estudiar y tratar de conseguir ese trabajo de sus sueños, donde sin hacer nada te pagan y siempre se está de vacaciones?" Así con 67 no, con 80 podríamos jubilarnos y tan frescos.
Menos mal que siempre hay un "pequeño Luis" que parece que adivina el momento en el que necesitas escuchar unas palabras de ánimo.
Resumen perfecto, no se podría explicar mejor. Suerte con el blog!
ResponderEliminarGracias Luis!! :)
ResponderEliminar